
Por lo tanto en nombre de la justicia social de unos pocos, muy pocos y de haberle puesto a la anterior entrada - parte I - aquí va la parte II. Alejando a las ideas del desastre, un breve análisis a posterior y un reencuentro con la pluma y/o teclado.
Hagamos un recuento de los daños físicos y mentales: Los dos meses posteriores a la precipitación recibí muchas visitas, desde la más ingenua hasta la más ingeniosa, pasando por la mas imperiosa. Siempre que en cama te encuentras, llegan algunas amistades con sus frases celebres: - ¿Amiguito te dolió mucho? -/ Porque preguntan estas cosas, obvio no? te caes de un 2do piso lo ultimo q pasaría es que no te "duela mucho".
Para no desvariar el relato, resultó ser bastante motivador el haber estado tanto tiempo con orden de inamovilidad, tanto que al termino de lo indicado por el "doc" empecé a hacer un sin numero de cosas que aunque no terminé, por lo menos generaron una revolución mediática en mi vida; desde la más simple como tender la cama a diario (que lo sigo haciendo), hasta las más especificas y freak que puedan no imaginar.
Decidí aprender ingles, pese a mis rutinarias negativas frente a dicha lengua y hasta el momento todo anda bien. Conocí nuevos amigos y descubrí en mi entorno a otros, desde aquí nuevamente agradecer a los ingeniosos y objetivos visitantes, gracias a Raúl por las películas que acompañaron mis horas aciagas, es grato saber que se cuenta con gente dispuesta a apoyar en momentos como ese, por las puras no le dicen el hueveador del milenio; gracias a Sofía y Evelyn por los libros. A todos les digo gracias por las cosas que aun no devuelvo y no devolveré.

En un natural afán de cuantificarlo todo, una pregunta me tiene ocupado y me lleva a plantear hipótesis ciertas e inciertas, respecto de encontrar un método capaz de cuantificar el grado de trascendencia para una persona que aun existe; que tanto afecta una persona en la vida de otra. Un gran amigo me dijo alguna vez que todos somos ángeles en algún momento de nuestras vidas - yo estoy de acuerdo - pero siguiendo el principio de contradicción, esto implica que también todos somos demonios en algún momento; que en cristiano equivale a decir que cada uno de nosotros le arregla o caga la vida a unos cuantos, ok.
Este ultimo párrafo es intro de uno de los temas que podrán leer en las posteriores entradas para las cuales prometo no demorar tanto, creyendo en mis fervientes intenciones de vencer a mi dogmática procrastinación.
Comentarios
Interesante cuestionamiento fianl el que planteas, lanza tus ideas y prometo participar de tan interesante debate. Iníciala pronto.
Veo que tus noches imsomnes ya son famosas, pense que solo eran aquì. Me dio gusto saber de ti, pero me sigo quedando con las ganas de leer una màs de tus brillantes anecdotas y ocurrencias.
Espero prosigas tus escritos a la brevedad, mientras tanto me despido con un beso grande.
Hasta ahora.