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Mostrando entradas de julio, 2008

Despues de la caida... (Parte I)

Dicen que cuando estas al borde de la muerte, ves pasar tu vida por delante como una película en DVD ... particular e independientemente a lo que el resto opine, debo precisar que no son más que falacias e improntas generadas por el miedo y meditaciones posteriores - Kenecon no vio tal cosa-. Han pasado unos días desde su, no muy conocida, precipitación al vacío y Kenecon quiso compartir 3 asuntos que rondan su mente desde aquella madrugada, en orden de aparición. Antes hará un corto y delimitado relato de lo sucedido. La noche del 27 de julio, luego de participar de la serenata peruana en nuestra plaza principal y saludar el aniversario de un barrio de mi misma edad; cuando llegó la mitad de la noche decidimos continuar la festividad, previa a la conmemoración de la independencia, en una conversación amena en casa de un paracaidista. Dicha reunión tuvo 4 asistentes incluyéndome. Ubicación: 2do piso. Acceso: Escalera caracol y un balconcito que no llegaba ni a la rodilla.

Ameritaba estar aquí

Esta canción de gran letra es de Joaquin Sabina. No todos la escucharon, a mí me gusta leerla y de tanto en cuanto escucharla: Que el maquillaje no apague tu risa, que el equipaje no lastre tus alas, que el calendario no venga con prisas, que el diccionario detenga las balas. Que las persianas corrijan la aurora, que gane el quiero la guerra del puedo, que los que esperan no cuenten las horas, que los que matan se mueran de miedo. Que el fin del mundo te pille bailando, que el escenario me tiña las canas, que nunca sepas ni cómo, ni cuándo, ni ciento volando, ni ayer ni mañana. Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel. Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel. Que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentira, que no te den la razón los espejos, que te aproveche mirar lo que miras. Que no se ocupe de ti el desamparo, que

¡Corre Forrest Corre!

¿Cuántas veces te sentiste como algún personaje de Forrest Gump? Una pregunta muy amplia para mí. Hace unos días en un canal de "Cable Amigo" pasaron esta película, cabe resaltar que han sido más de una docena de veces las que he tenido el gusto de verla. Comencé la semana con ciertas elucubraciones que me generó el festivo día del maestro. Lunes y Martes se encargaron de desdeñar estas ideas y por las noches visioné la película por duplicado; así que llegaron a mi "procesador central" ciertas ideas y pensares particulares sobre dicho film. Siempre hay tres escenas que logran humedecerme los ojos, aunque con cierta escasez. La primera llega durante la estancia en Vietnam, el momento cumbre de la muerte de un amigo, Forrest comenta: "Bubba quería ser capitán de barco, pero en lugar de eso murió junto a aquel río de Vietnam"; frase que me hace pensar en lo corta que puede volverse la vida y cómo los sueños pierden valía bajo ciertas condiciones. El segundo m

Del Río no me río

Hace unos días mientras retornaba a ca sa a pie, luego de mucho tiempo me vi frente a frente con el río Rímac - sí ese al que le gustaba hablarnos durante la noche o por lo menos a mis a ncestros- de manera inevitable me detuve, no sin antes sentir un controversial sentimiento, enseguida exclame ¡que tal hedor!, pero esta idea se perdió con lo que vi. Vi a un "amigo" moribundo, sucio, casi sin agua y lleno de desechos de toda clase, en conclusión, un ser sin sonrisa. Y pensando en el evento seguí mi camino y ahora me pregunto: ¿Cuándo empezó la ingr atitud con aquel del que nos servimos? La idea de escribir esto no es dar un mensaje de "salvemos el medio ambiente", porque haciendo un mea culpa al respecto, muchas veces he arrojado basu ra donde he podido como la mayoría. Pero al parecer hemos olvidado que la ubicación de la capital de nuestro Perú es decir Lima, fue determinada en gran parte por el "río hablador", más allá de haber sido zona estratégica d