Ir al contenido principal

De vuelta al presente

Entre la semiconsciente escucha de una clase en Zoom y la melódica voz de una de sus hijas que canta una cumbia consagrada del Grupo 5, la misma que suena en su YouTube, haciendo un esfuerzo por concentrarse más en las letras de la canción que en las palabras del docente, como queriendo vivir a través de la música aquellas historias que se apagaron en un lejano pasado, así pasó la mañana de su cumpleaños.

Muchos años han pasado desde la primera vez que pasó por aquí en la búsqueda de un lugar donde volcar sus pensares, ideas que nadie quiere escuchar, emociones, iras y enojos, corazones rotos, alegrías no expresadas, triunfos solitarios. En suma, todo aquello que lo hacía humano o al menos le hacía sentirse humano. Aquí está, de nuevo, lleno de ganas por contar sus historias. Algunas ciertas, algunas falsas, fábulas confundidas de indiscreción, de locura mentirosa e imprudente. Pero siempre como él hubiera querido que sean, en eso radica su verdad. Porque para él, la verdad no es más que aquello que se quiere recordar, lo que le pintará una sonrisa al recordarla, lo que le regalará una lágrima en el futuro. Esa historia que tendrá la capacidad de irrumpir y reventar a través de todas las corazas que el tiempo le ponga encima, una historia teñida de verdad que traspase su costado y llegue a encender su corazón, haciéndole sentirse vivo. Quizás endulzándolo hasta la risa y la sonrisa con ojos brillantes, emocionado, o tal vez estrujándolo con saña y alevosía, traicionando sus recuerdos y arrojándolos al suelo para volver a recogerlos con un dulce susurro de saber que todo acabó, de que lo que un día fue no será más, de que la vida sigue y que aquí está de nuevo.

Aunque distinto, habiendo superado en una octava la edad de un Cristo, el mismo Cristo en el que cada vez más cree menos y  el que cada vez más sacude su razón. Allí está, buscando fervientemente el sentido de su vida, esa vida que nunca entendió, envuelto en incomprensión, agitado y envuelto en contradicciones lúdicas como las que persigue un demonio encantado en su memoria, cuando agota su mente de madrugadas. Así transcurre la mañana, quizás esperando algo, a alguien, alguna luminosidad del pasado o del futuro irrumpiendo la pesarosa levedad de su ser. Así ve cómo se acerca el final de la clase y con ella la mañana.

Sin saber qué sigue, porque el fin de semana es así para él. La semana siempre fue más fácil porque desde joven se acostumbró a hacer lo que se debe y no lo que se quiere. Pero ya entrado en años, sabiéndose completado en las dimensiones que exigió su sociedad, hoy tiene el fin de semana para él, para los suyos. Pero ahí está, sin saber qué sigue.

... Luego sigue...


Comentarios

Entradas populares de este blog

Despues de la caida... (Parte I)

Dicen que cuando estas al borde de la muerte, ves pasar tu vida por delante como una película en DVD ... particular e independientemente a lo que el resto opine, debo precisar que no son más que falacias e improntas generadas por el miedo y meditaciones posteriores - Kenecon no vio tal cosa-. Han pasado unos días desde su, no muy conocida, precipitación al vacío y Kenecon quiso compartir 3 asuntos que rondan su mente desde aquella madrugada, en orden de aparición. Antes hará un corto y delimitado relato de lo sucedido. La noche del 27 de julio, luego de participar de la serenata peruana en nuestra plaza principal y saludar el aniversario de un barrio de mi misma edad; cuando llegó la mitad de la noche decidimos continuar la festividad, previa a la conmemoración de la independencia, en una conversación amena en casa de un paracaidista. Dicha reunión tuvo 4 asistentes incluyéndome. Ubicación: 2do piso. Acceso: Escalera caracol y un balconcito que no llegaba ni a la rodilla.

Del Río no me río

Hace unos días mientras retornaba a ca sa a pie, luego de mucho tiempo me vi frente a frente con el río Rímac - sí ese al que le gustaba hablarnos durante la noche o por lo menos a mis a ncestros- de manera inevitable me detuve, no sin antes sentir un controversial sentimiento, enseguida exclame ¡que tal hedor!, pero esta idea se perdió con lo que vi. Vi a un "amigo" moribundo, sucio, casi sin agua y lleno de desechos de toda clase, en conclusión, un ser sin sonrisa. Y pensando en el evento seguí mi camino y ahora me pregunto: ¿Cuándo empezó la ingr atitud con aquel del que nos servimos? La idea de escribir esto no es dar un mensaje de "salvemos el medio ambiente", porque haciendo un mea culpa al respecto, muchas veces he arrojado basu ra donde he podido como la mayoría. Pero al parecer hemos olvidado que la ubicación de la capital de nuestro Perú es decir Lima, fue determinada en gran parte por el "río hablador", más allá de haber sido zona estratégica d...